Parece ser que esta marcha atrás se debe a la exigencia de la CMT (Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones) de cobrar a los viajeros que desearan usar el wifi, un suplemento por la utilización del mismo. A mi sinceramente me parecía algo innecesario, pues un viaje en autobús urbano ofrece un espacio muy corto de tiempo para navegar por la red. También un pequeño espacio físico en el caso de alta ocuapación del autobús. Vamos, que no veia yo futuro a la iniciativa. Se alegrarán los que piensan que una exposición prolongada a la radiación producida por las redes inalámbricas, podrían ocasionar problemas de salud. No voy a ser yo quien desmienta esto, pero creo que la radiación de las antenas de los móviles debe ser más fuerte. Aún así, celebro la no implantación del wifi. Un problema menos para los conductores.
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